Atención de pacientes de simulación en el Hospital de Simulación de la Universidad Santa Paula. A la derecha se encuentra el famoso paciente “Juno”.
La institución ha decidido apostar por la simulación clínica como una herramienta para el logro de los perfiles académico-profesionales deseados para los graduados de U Santa Paula.
La simulación clínica, es mucho más que una tecnología para lograr objetivos académicos. Realmente es una estrategia fundamental que proporciona un ambiente en el que se puede experimentar una situación de atención de salud o representar eventos reales con el fin de practicar, aprender, probar, evaluar y obtener comprensión de los sistemas o acciones humanas.
En la actualidad, la formación de profesionales en salud es sumamente exigente, pues se requiere formar expertos, preparados con distintas competencias y por medio de distintas herramientas didácticas e innovadoras, que les permitan actuar acorde con las demandas del sistema de salud y del área a la que pertenezcan. De acuerdo al director del Centro de Simulación y Laboratorios, el M.GdR. Eduardo Aguilar Rivera, estas competencias no son solo de carácter procedimental, sino también argumentativo y comunicativo, que preparan a los estudiantes de la mejor manera para enfrentarse a distintos retos.
En el Hospital de Simulación de Santa Paula, un gran aliado en el proceso educativo es Juno. Al consultarle al Máster Aguilar, por este peculiar paciente, nos enteramos de que es un simulador (fantoma) de alta tecnología, inalámbrico, que permite favorecer el realismo en el desarrollo de las diferentes simulaciones, principalmente para las carreras de Terapia Respiratoria, Terapia Física y Emergencias Médicas. Juno emula a un humano, es articulado, se puede movilizar, flexionar, es posible administrarle medicamentos y escuchar sonidos cardiacos y respiratorios. Permite aumentar la fidelidad de las simulaciones puesto que se le pueden colocar tubos endotraqueales y por medio de la auscultación verificar si el tubo está colocado en la tráquea o si más bien se fue al esófago, lo que no sería correcto. También permite que se insuflen sus pulmones y se presente elevación torácica para dar mayor realidad al escenario. A Juno se le puede tomar la presión arterial, palpar el pulso, colocar catéteres y gracias a su software integrado, el profesional a cargo del proceso, puede conversar con el estudiante a través de Juno, como si fuera el paciente el que se está comunicando de forma verbal, lo que aumenta el grado de interacción y el desarrollo de habilidades blandas.
Lo anterior son características propias de Juno para beneficiar los procesos educativos principalmente de Terapia Respiratoria, pero al encontrarse en un ambiente de hospitalización de una Unidad de Cuidados Intensivos, se puede simular a un paciente que hace síndrome de encamamiento donde los estudiantes de Terapia Física pueden evaluar sus constantes vitales a través del monitoreo y realizar un abordaje terapéutico y de rehabilitación, con toda la intervención necesaria en movilización de articulaciones, cervicales, codos, caderas, rodillas, hombros y más. Para las carreras que brinda la Escuela de Emergencias Médicas, es sumamente útil la presencia de Juno pues se desarrollan simulaciones en escenarios de trauma en donde se utiliza como un paciente que sufrió un accidente y presenta neumotorax o hemotorax, por lo que los estudiantes pueden colocarle un tubo torácico bilateral y darle los cuidados y el respectivo abordaje desde su profesión.
Todas esas características de Juno y de la simulación clínica como tal, permiten que el estudiante obtenga beneficios de aprendizaje muy importantes como el desarrollo de habilidades, destrezas, pensamiento crítico y raciocinio clínico y el favorecimiento de la seguridad, la práctica y el aprendizaje en un entorno eficaz para el profesional en formación, en donde se le permite desarrollar destrezas sin someter a una persona a un riesgo o a provocarle un daño. Siendo así, un error cometido, no se visualiza como tal, sino como una oportunidad de aprendizaje, ya que el aprender haciendo es vital. Nuevamente el Máster Aguilar menciona que “el ambiente en un hospital de simulación es constructivo. Podría decirse que se le invita al estudiante a equivocarse con el fin de que pueda aprender, llevando a cabo las acciones oportunas y necesarias para brindar la atención ideal sin incurrir en un conflicto ético. No hay regaños, hay experiencias vitales de construcción del aprendizaje seguro”.
Santa Paula fortalece esta estrategia didáctica, sin pensar jamás en sustituir las prácticas clínicas, sino complementarlas con la simulación para que, al llegar el estudiante a un ambiente real, haya tenido experiencias muy aproximadas a la atención de pacientes y el servicio brindado en las prácticas reales sea de excelencia profesional.
Licda. Karla Calderón Barquero
Directora Vida Estudiantil
kcalderon@uspsantapaula.com
2216-4402